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lunes, 11 de junio de 2012

Ahora el tren llega a Monte Caseros.


En abril de 1875 la línea abrió el tramo de 100,2 km de Federación a Monte Caseros y de 5 km de ésta a Ceibo, en el río Uruguay. Aunque la línea estaba construida de forma precaria, el Gobierno ya era deudor de la compañía, en concepto de las garantías recogidas en el contrato de concesión. La línea férrea soportará las críticas más feroces por el peso que cargaba sobre las arcas públicas.

Previamente a los recuerdos del niño Panelo, mencionaremos lo que nos señala sobre el particular, Ricardo E. Sagarzazu en su obra “La Fundación de Monte Caseros y otros estudios”, impreso por  Ovejero Martín Editores, Rosario, 1998, “El 19 de abril de 1875 el nuevo Presidente de la Nación, Nicolás Avellaneda, inauguraba el segundo tramo de la línea con un tren que lo llevó, acompañado de brillante y numerosa comitiva, desde Concordia hasta Monte Caseros. La celebración en este pueblo en este pueblo fue exultante. Se levantaron arcos triunfales sobre el último kilómetro de vía. Se oyó en la Estación del Este la música de varias bandas militares mientras en el aire estallaban bombas de estruendo. La muchedumbre, gentes del pueblo y de los campos montecasereños, desbordaba su grito de alegría. El Padre Solari, párroco de la villa, decía sus latines para bendecir el elegante edificio de corte victoriano que todavía hoy se nombra como “estación del Este”. Un banquete se sirvió distribuido en las distintas salas de la Terminal ferroviaria. A los postres se oyó la palabra de aquel famoso orador que fue Nicolás Avellaneda.”

Ahora sí reproduciremos los recuerdos escritos por el niño Panelo en su obra que ya mencionamos: “Vi desfilar personajes de nombradía cuyos apellidos y hechos me eran conocidos debido a mi temprana afición de asiduo lector de diarios. Llegó la hora de los discursos y el Presidente Avellaneda inició la serie. Carecía yo,  como era consiguiente, de la aptitud y el discernimiento para juzgar su oratoria. Sólo recuerdo que su voz tenía acentos armoniosos y que me había producido una deliciosa sensación de dulzura y $embeleso.” 

Es preciso reiterar que el discurso de Avellaneda que embelesó al niño Panelo, ocurrió en la Estación del Este, en horas vespertinas. Era la hora de los discursos, esa fue la inauguración oficial  de la línea ferroviaria. A la noche en el Club Progreso fue el baile de homenaje. No hubo discursos, solamente se bailó hasta la madrugada.

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