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sábado, 4 de febrero de 2012

Plan Larkin

EPlan Larkin fue un plan de racionalización ferroviario, puesto en marcha durante la presidencia de Arturo Frondizi, si bien el plan no se completo por diversos motivos, se alcanzó a levantar varios kilómetros de vías y varios ramales, despedir a varios trabajadores y comprar material rodante al exterior. El objetivo central era acabar con el déficit que existía, ya que el sistema ferroviario se encontraba totalmente deteriorado. El plan lleva el nombre del General Thomas Larkin.


Antecedentes

Compra de los ferrocarriles

Antes del año 1947, el ferrocarril pertenecía a capitales ingleses y franceses. El 1 de julio de aquel año, el Estado argentino, a través del entonces presidente Juan Domingo Perón, compró todas las empresas ferroviarias. En 1948 creó la empresa estatal Ferrocarriles Argentinos, que pasó a controlar la red ferroviaria argentina.
Después de la estatización del sistema ferroviario se dio un gran impulso a la industria ferroviaria, como ejemplo los Talleres de Córdoba, pertenecientes al Ferrocarril Belgrano. Pero luego de transcurrir unos años del gobierno peronista, y tras el golpe de estado de 1955, se generó un enorme déficit ya sea en la compra de estos servicios y empresas como en el mantenimiento de las mismas. En un determinado momento, este monto no pudo cubrirse, lo que llevó a los ferrocarriles como a otros servicios al deterioro por falta de mantenimiento.


El avance automotor versus el ferrocarril

Durante el periodo 1958 a 1960 se instalaron más de diez multinacionales automotrices, las cuales entre otras cosas producían colectivos y camiones de carga pesada. Por primera vez en la historia argentina se dejaba de comprar estos automotores al exterior, para producirlos en el país, pero esto produjo que tanto el transporte de pasajeros como el de mercancías se vuelque hacia los automotores. Como nunca se había hecho mantenimiento a los ferrocarriles. Este vuelco hacia el transporte automotor generó una sobre capacidad al transporte ferroviario, una sobre capacidad que no se usaba, y por ello, generaba un déficit al Estado.
Curiosamente había pasado lo mismo en el gobierno desarrollista de Juscelino Kubitschek (1956-1961), ambos dirigentes, habían atraído con éxito a la industria automotriz, pero eso produjo que el ferrocarril perdiera lugar para el transporte de mercancías y pasajeros

El Plan


La ejecución del Plan Larkin puede separarse en tres etapas:

Primer etapa


La primera se corresponde con el desempeño como Secretario de Transporte del doctor Alberto López Abuín, especialista en el tema del transporte, y defensor del ferrocarril. Propuso, en febrero de 1958, una política de modernización ferroviaria para Argentina, por lo cual había que incorporar nuevo material rodante para las vías férreas nacionales. De esa forma, se buscaba mejorar el transporte de cargas a través del ferrocarril, haciéndole ganar terreno frente al avance del tráfico automotor en Argentina. Pero este plan tuvo dos principales obstáculos: una inversión muy alta, y un plazo para aplicarlo que era demasiado largo para la vacilante política del presidente. Abuín renunció a su cargo en mayo de 1959.

Segunda etapa

El ministro de economía Álvaro Alsogaray, intento sin éxito eliminar el déficit, aumentando las tarifas y, en menor medida, modernizar el sistema ferroviario.Tanto él como Constantini tuvieron que renunciar a sus cargos en abril de 1961, con lo cual poco de esa política se pudo practicar.
Se salto entonces a la segunda etapa, en la cual serían protagonistas el ministro de Obras Públicas Alberto Constantini y el ministro de Hacienda Álvaro Alsogaray. Ambos buscaron principalmente eliminar el déficit, aumentando las tarifas y, en menor medida, modernizar el sistema ferroviario. Alsogaray viajó a los Estados Unidos para acordar la llegada del General Thomas Larkin a Argentina, donde tenía que hacer un estudio de los transportes a cargo del Banco Mundial. Así se diseñó el denominado Plan Larkin, que consistía en abandonar el 32% de las vías férreas existentes, despedir a 70.000 empleados ferroviarios, y reducir a chatarra todas las locomotoras a vapor, al igual que 70.000 vagones y 3.000 coches, con la idea de que se comprase todo esto en el mercado exterior y se modernizase de una vez los Ferrocarriles Argentinos, ya sea renovando los rieles o renovando el material rodante, los cuales se encontraban en pésimas condiciones. Los cuadros gremiales se pusieron en pie de guerra al enterarse del plan de reducir la empresa ferroviaria, despedir gente y la política de suprimir ramales. Pero la crisis política del momento hizo que Alsogaray y Constantini tuvieran que renunciar a sus cargos en abril de 1961, con lo cual poco de esa política se pudo practicar.


Tercer etapa

Se inició entonces la tercer y última etapa, con Arturo Acevedo como Ministro de Obras Públicas. En junio de 1961 se incorporaron nuevos trenes diésel al servicio suburbano del Ferrocarril General Roca, con lo cual muchos maquinistas y foguistas de locomotoras perdieron sus empleos, lo que provocó paros de protesta. Acevedo era partidario de eliminar todas las líneas que dieran déficit, como fue el caso de las del provincial, al ser de una trocha demasiado pequeña (1000 mm) no eran capaces de llevar mucha carga o transportar muchos pasajeros. Clausuró, así, varios ramales, lo que provocó que se iniciasen varios paros, entre ellos uno de 42 días que se inició el1 de agosto de 1961, oponiéndose tanto a los despidos como al desguace de material rodante. Sin embargo, al término de la huelga, ningún ramal de los cerrados fue rehabilitado.

El discurso presidencial

El presidente Arturo Frondizi brindo un discurso el 5 de junio de 1961 que fue transmitido por radio y televisión, hablando de los pasos que se iban a seguir en términos de materia de transporte:

El texto fue resumido.
"Me dirijo esta noche al pueblo de la República para hablar de un problema dramático, cuya solución interesa a todos los argentinos y no puede postergarse ni un día más. Me refiero al problema del transporte en todo el país. No podemos ocultar la gravedad de la situación y hay que hablar con entera franqueza: tenemos un pésimo sistema ferroviario y sus finanzas están en bancarrota. El gobierno ha decidido adoptar medidas enérgicas para resolver de raíz este problema y apela a la comprensión y a la colaboración de todos los habitantes de la República.
Del mismo modo que las arterias sirven para la circulación sanguínea a lo largo del cuerpo, las vías de comunicación sirven para la circulación de personas y productos a lo largo del territorio de una nación y se proyecta aún más lejos en el caso del transporte internacional. [...] La verdadera crisis de nuestro transporte en general no consiste en que sea caro y produzca déficit sino en que ha quedado inmutable en un cuerpo nacional que en estos momentos crece y se transforma rápidamente.
Sin embargo, esta nueva y pujante geografía económica argentina que se expresa en el petróleo y el gas de la Patagonia y del norte, en los yacimientos minerales y las acerías, en las radicaciones de industrias de toda índole, sufre la parálisis y el aniquilamiento del transporte, se decir, del sistema arterial que debería comunicar esos centros entre sí, llevando la materia prima a las plantas transformadoras y los productos terminados a los centenares de centros consumidores de toda la república. [...] Así en 1960, los ferrocarriles disminuyeron en seiscientos treinta mil toneladas la carga transportada con relación al año anterior.
Que sepan que ni un solo obrero y empleado ferroviario verá sus derechos sociales y laborales afectados injustamente; y que los hombres con vocación ferroviaria hallarán las oportunidades que ahora les están negadas, debido a que no hay perspectivas para los agentes de un servicio que gravita sobre la economía nacional con pérdidas que constituyen más del 75% del déficit fiscal.
Por consiguiente, sin perjuicio de la intensa labor que se está cumpliendo en virtud del decreto 853/61, el poder ejecutivo incorporará al servicio, con carácter de urgencia, las unidades y material que sean necesario para corregir el desastroso deterioro del sistema ferroviario [...].
Se ha comprobado que el hecho de que el sistema ferroviario no responda a nuestras necesidades actuales es la principal fuente generadora del déficit presupuestario que padecemos. Ello se debe al trazado anacrónico de la red, a la imposibilidad de reponer el material envejecido en la medida de las necesidades más inmediatas y a la falta de racionalización que multiplica varias veces el costo de tonelada/kilómetro/hora, y además, inmoviliza el material, degrada los servicios, e imposibilita la mejora de los salarios".
Discurso pronunciado por radiofonía y televisión por el presidente Arturo Frondizi el 5 de junio de 1961.


Síntesis del discurso

En el comienzo del discurso, compara las arterias del cuerpo humano con el transporte, detalla el estado de los Ferrocarriles Argentinos en aquel momento, habla de que la gente viajaba mal, amontonada y que llegaba tarde a su destino, también hace mención de que existían líneas férreas que rendían poco, como otras que estaban sin uso. Hace mención de la función del ferrocarril ideal, el cual tenía que ser capaz de transportar mercancías, re-juntando todas las industrias básicas como acerías, plantas de energía, fábricas, petroquímicas, que en el caso de los ferrocarriles del país no se estaba dando. Menciona la disminución del las toneladas de carga, en seiscientos treinta mil toneladas la carga transportada con relación al año 1959.
En síntesis, el discurso hablo de los pasos que el gobierno iba a servir en materia de política de transporte, algunos de estos pasos se lograron como levantar algunos ramales y despedir a algunos obreros (luego de las huelgas algunos fueron reincorporados). La huelga de 42 días de 1961 impidió el resto de los objetivos, y así se dio marcha atrás con el plan.






A Córdoba con la 9021 (trompa corta) por Gral. Urquiza


Subido por  el 03/09/2010
Tren nº 269 con destino Córdoba y paradas intermedias, a cargo de la EMD GT22CW 9021 en trompa corta hacia el norte, y compuesto por FE + CT + CT + P + P + RA + DA + PA + F

El Gran Capitan.


Subido por  el 18/12/2010
Primer tren nº601 de temporada alta. Éste está compuesto por la EMD G22CW 7935 y FC + FC + DA + PA + RA + P + P + P + P + P + CT + CT + CT + CT + CT + CT (16 coches). El sonido que se escucha de fondo al principio del video es la U13C de Metrovías que estaba siendo alistada para salir por la principal hacia el subte.

FEPSA por Haedo

Subido por  el 24/01/2011
Tren cargado procedente de Del Carril, pasando por Haedo a cargo de la EMD GR12W 6612 "Natalia" y compuesto por 35 tolvas GG. La explosión que se escucha en el minuto 04:50 es un arco voltáico causado por el Toshiba que salía ascendente


ESTACIÓN MENDOZA DEL F.C.SAN MARTÍN



Subido por  el 19/12/2010
Albúm de Estación Mendoza del Ferrocarril General San Martín, en deprimente estado, tomas de la playa de maniobra de la estación, dónde vemos Locotractor Afne Cockerill T 10213 con colores de FA y faltantes diveros, restos de dos Coche motores Ganz Mavag Clase Turista de origen hungaro numerados 3422 y 3406 y para terminar el triste panorama, partes de locomotora ALCO RSD-35 6477 de Ferrocarriles Argentinos.
Finalmente incipiente comienzo de obras del futuro Metrotranvia en predio de la estación.
Ciudad de Mendoza noviembre 2010.

Ferrocarriles Argentinos: Lo que fue ayer, lo que es hoy.-

Subido por  el 02/07/2010

Más cancelaciones


No obstante, las medidas esbozadas por el Plan Larkin fueron profundizadas durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional y entre 1976 y 1980 se desató otra serie de cancelaciones, abarcando entre otros los ramales Avellaneda-La Plata, La Plata-Pipinas, Laguna Paiva-Deán Funes y Córdoba-Cruz del Eje.
En síntesís durante la dictadura cívico-militar:
  • Se clausuraron 10.000 km de vías de las 42.500 km existentes (Reducción del 23%)
  • Se clausuraron 1000 de las 2400 estaciones ( Reducción del 43%)
  • Se redujo a la mitad los 30500 trenes × kilómetro hora de pasajeros que funcionaban en el país.
  • El personal fue reducido de 156.000 a 96.000 (Reducción del 40%)
El posterior gobierno de Raúl Alfonsín, si bien mantuvo los servicios en marcha, se vio condicionado por una situación económica adversa y la empresa entró en un período de recesión que terminó con su privatización total entre 1991 y 1993, como parte de las reformas neoliberales del entonces presidente Carlos Saúl Menem.
Puede verse un trabajo con Sistemas de Información Geográfica, realizado sobre las cancelaciones y el impacto demográfico en el trabajo "Ferrocarriles Argentinos y dinámica de la Población en la Provincia de Buenos Aires; Argentina".

La gestión del general De Marchi


En 1967, tras la Revolución Argentina que había derrocado al presidente Arturo Illia el año anterior, asumió la presidencia de EFEA el general Juan Carlos De Marchi. De Marchi, desde el cargo que ocuparía hasta marzo de 1971, puso en marcha un profundo plan de modernización e inversión en la red ferroviaria que contemplaba un desembolso de 850 millones de dólares en un plazo de cinco años. Se incorporaron nuevos servicios, como el Expreso Buenos Aires Tucumán, y tuvo lugar una renovación del material tractivo y remolcado con la incorporación entre otras de las locomotoras diésel General Motors-EMD G22 y GT22.
La empresa, que en 1968 adoptó en forma definitiva el nombre y logotipo de Ferrocarriles Argentinos, logró incluso reducir sensiblemente su déficit operativo producto de la reorganización llevada a cabo. Ese mismo año De Marchi presidió el Congreso Panamericano de Ferrocarriles, realizado en Buenos Aires, y al año siguiente fue electo Secretario General de la Asociación Latinoamericana de Ferrocarriles (ALAF). El decreto-ley 18.360 de 1969 reglamentó el funcionamiento de la empresa bajo la órbita de la Secretaría de Transporte, estableciendo su objeto como "[...] la operación de los ferrocarriles de propiedad nacional".

La huelga de 1961


Las manifestaciones y paros durante el gobierno de Arturo Frondizi fueron muy variados, ya sea por disputas universitarias o por los contratos petroleros del 1958, cabe destacar también que existieron varias movilizaciones peronistas a través de la CGT para derrocar al gobierno.

En agosto del año 1961 dirigentes sindicales deciden presionar con paros nacionales de 48 horas a partir del 26 de octubre. La respuesta de las bases en la primera semana es contundente. El Presidente responde con cesantías y cierre de talleres en el interior. Los sindicatos llamaron al paro por tiempo indeterminado.
El 30 de octubre unos 200.000 ferroviarios se apegan a la huelga. Manifestaciones y enfrentamientos se ven por varias partes del país. Se le ofrece más dinero a aquellos que trabajasen en días de huelga. Se obliga a los trabajadores a presentarse al trabajo o quedar detenidos. Mientras tanto los medios, UIA y la Iglesia atacan a los ferroviarios. Finalmente se suspende el plan, y todo termina volviendo a reincorporar algunos trabajadores despedidos, pero no se vuelve a abrir ningún taller, ni un tramo de vía.

Gestión de los Ferrocarriles


Primeros tiempos

El 13 de febrero de 1947, durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón, todas las empresas ferroviarias privadas (48.000 km de extensión) fueron nacionalizadas. El decreto 32.574, firmado el 1 de marzo de 1948, reorganizó las antiguas compañías, incluyendo a los Ferrocarriles del Estado, en ocho líneas en que fue dividida la red ferroviaria a partir del año siguiente: General Bartolomé Mitre, General Belgrano, Domingo F. Sarmiento, General Roca, General San Martín, General Urquiza y Patagónico. Las líneas estatales, que bajo la denominación de ferrocarriles nacionales operaron como empresas autónomas, quedaron bajo la órbita de la Empresa Nacional de Transportes (ENT), también a cargo del transporte tranviario,subterráneo y automotor nacionalizado.
En 1956 se creó la Superintendencia de Ferrocarriles y en 1958, al liquidarse la Empresa Nacional de Transportes, se constituyó la Empresa de Ferrocarriles del Estado Argentino (EFEA) agrupando exclusivamente a las seis líneas ferroviarias —el Ferrocarril Patagónico había sido incorporada a la órbita del General Roca—.
Oficinas de Ferrocarriles Argentinos en el barrio porteño de Retiro.
A pesar de que EFEA actuó desde entonces como coordinadora en la aplicación de la política ferroviaria, las líneas mantuvieron un alto nivel de autarquía administrativa y operativa, que sólo se abandonaría en el futuro durante breves intentos de reorganización.








El presente articulo esta en proceso de revisión.

Ferrocarriles Argentinos.


Ferrocarriles Argentinos (FA) fue una empresa pública argentina que manejó toda la red ferroviaria argentina por cerca de 45 años, conformando un sistema integrado de transporte ferroviario.
Operaba tanto trenes de carga como de pasajeros, estos últimos de todo tipo: de larga distancia hacia gran parte de la Argentina, urbanos en el área metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires, e interurbanos entre ciudades del interior del país.

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